Género, arte y
feminismo: Una mirada desde el noreste uruguayo
Recibido: 06/12/2023
Aprobado: 30/01/2024
Este
artículo ha sido aprobado por la editora, Dra. Susana Graciela Pérez Barrera
Ana María Casnati
Guberna[1]
Resumen
El presente trabajo
se enmarca en la línea de los estudios de Género y Poder del Centro de Estudios
Multirreferenciales Biográficos en Educación (CEMBE) que se propone investigar y promover profesionales
formados para el ejercicio de co/construir procesos cognitivos motivados para
la comprensión analítica a partir de una dialógica política radicalmente
implicada con el cuidado de sí, de los otros, del ambiente, de la vida. En el
CEMBE se reconocen tres pilares guía: la complejidad, la multirreferencialidad y
la búsqueda por la comprensión de un mundo que se reconoce como imprevisible y
donde campea la incertidumbre. Desde este lugar, se realiza un análisis en la
confluencia de género, arte y feminismo desde una mirada del noreste uruguayo
sustentadas en las Epistemologías del Sur (Sousa Santos, 2018). La categoría
“género” contribuye a definir el sistema de opresión de las mujeres
profundamente arraigado a condiciones de avasallamiento y sumisión cultural,
social, económica y política. Se plantea la construcción de una posible
ciudadanía desde el Sur en los Ambientes Multirreferenciales de Aprendizaje
(Casnati, Galeffi, 2014) (Casnati, Cuadro, 2017). El principio que sostiene el
desarrollo del presente trabajo se sustenta en la necesidad de reconocer una
justicia epistémica construida a partir de una política del conocimiento que
pueda lograr descolonizar los campos del saber, los cuerpos, las políticas
representacionales del feminismo hegemónico tan cuestionadas por los feminismos
(Bidaseca, 2016).
Palabras clave: género, educación,
feminismo, arte
Abstract
This work is part of the
line of Gender and Power studies of the Center for Multireferential
Biographical Studies in Education (CEMBE), which aims to investigate and
promote professionals trained to co-construct cognitive processes motivated by
analytical understanding based on a political dialogue radically involved in
caring for oneself, for others, for the environment, for life. The category
“gender” contributes to defining the system of oppression of women deeply
rooted in conditions of cultural, social, economic, and political subjugation
and submission. This gender category constitutes an important instrument used
by feminist women to contribute to developing a critical analysis of the
interrelationships of productive capitalism and the repressive nature of
patriarchy in the Uruguayan state. It concludes by reflecting on feminism, art,
and identification, proposing the construction of possible citizenship from the
South in Multireferential Learning Environments (Casnati, Galeffi, 2014)
(Casnati, Cuadro, 2017). In art, as in all areas of life for Uruguayan women,
equal opportunities are currently far from being equitable for men and women,
so the principle that underpins the development of this work is based on the
need to maintain an epistemic justice built from a politics of knowledge that
can manage to decolonize the fields of knowledge, bodies, and the
representational policies of hegemonic feminism so questioned by feminisms
(Bidaseca, 2016).
Keywords: gender, education,
feminism, art
Resumo
Este trabalho insere-se na linha de estudos de
Gênero e Poder do Centro de Estudos Biográficos Multirreferenciais em Educação
(CEMBE), que tem como objetivo pesquisar e promover profissionais capacitados
para coconstruir processos cognitivos motivados para a compreensão analítica a
partir de um diálogo político radicalmente envolvido no cuidado de si mesmo,
dos outros, do meio ambiente, da vida. A partir deste lugar, é realizada uma
análise sobre a confluência de gênero, arte e feminismo a partir de uma
perspectiva do nordeste uruguaio apoiada nas Epistemologias do Sul (Sousa
Santos, 2018). A categoria “gênero” contribui para definir o sistema de
opressão das mulheres profundamente enraizado em condições de subjugação e
submissão cultural, social, económica e política. Esta categoria de género
constitui um importante instrumento utilizado pelas mulheres feministas para
contribuir para o desenvolvimento de uma análise crítica das inter-relações do
capitalismo produtivo e da natureza repressiva do patriarcado no Estado
uruguaio. Conclui refletindo sobre feminismo, arte e identificação, propondo
uma construção de uma possível cidadania do Sul em Ambientes de Aprendizagem
Multirreferenciais (Casnati, Galeffi, 2014) (Casnati, Cuadro, 2017). Na arte,
como em todas as áreas da vida das mulheres uruguaias, a igualdade de
oportunidades está atualmente longe de ser equitativa para homens e mulheres,
por isso o princípio que sustenta o desenvolvimento deste trabalho baseia-se na
necessidade de manter uma justiça epistêmica construída a partir de uma
política de saberes que consigam descolonizar os campos de conhecimento, os
corpos e as políticas representacionais do feminismo hegemônico tão
questionadas pelos feminismos (Bidaseca, 2016).
Palavras-chave: gênero,
educação, feminismo, arte
El presente trabajo se enmarca en la línea de los
estudios de Género y Poder del Centro de Estudios Multirreferenciales
Biográficos en Educación (CEMBE) que se propone investigar y promover
profesionales formados para el ejercicio de co/construir procesos cognitivos
motivados para la comprensión analítica a partir de una dialógica política
radicalmente implicada con el cuidado de sí, de los otros, del ambiente, de la
vida. En el CEMBE se reconocen tres pilares guía: la complejidad, la
multirreferencialidad y la búsqueda por la comprensión de un mundo que se
reconoce como imprevisible y donde campea la incertidumbre. Desde este lugar,
se realiza un análisis en la confluencia de género, arte y feminismo desde una
mirada del noreste uruguayo sustentadas en las Epistemologías del Sur (Sousa
Santos, 2018).
Las
Epistemologías del Sur (Sousa Santos, 2018) se enmarcan en una propuesta que
plantea la desarticulación de las epistemologías del Norte y el reconocimiento
de saberes producidos a partir de las perspectivas de quienes sufren y han
experimentado injusticias y violencias producidas por el colonialismo, el
capitalismo y el patriarcado. Estos saberes/ conocimientos han sido subalternizados,
invisibilizados, silenciados e incluso destruidos de manera que a menudo no han
llegado al mundo académico y continúan siendo desconocidos o degradados. Su
recuperación resulta fundamental para abrir espacios analíticos de realidades
que no dejan de sorprender. En ese
sentido lo que se pretende con este trabajo es presentar los aportes de las
teorías feministas situadas que desde diferentes lugares de enunciación
críticos del sur en sus posibilidades emancipadoras a los efectos de relacionarlos
con una mirada articuladora de género, arte y feminismo desde la realidad del
Noreste uruguayo. Este proceso se favorece al mostrar experiencias o
acontecimientos que ocurren del otro lado de la línea abisal a través de la
sociología de las ausencias considerando la actual expansión del presente
patriarcal.
Por tanto, para abordar este tema, reconociendo a
Ana Mendieta como un ícono de mujer latinoamericana que carga con estigmas de
sufrimiento, rebeldía y discriminación, comienzo con la siguiente premisa
apropiada de Karina Bidaseca (2016, p. 20) que sostiene el desarrollo del
presente trabajo:
La justicia epistémica se
sostiene en una política del conocimiento que pueda descolonizar los campos del
saber, los cuerpos, las políticas representacionales del feminismo hegemónico
tan cuestionadas por los feminismos negros, fronterizos, de los bordes, decoloniales,
comunitarios, de las disidencias sexuales.
Desde
este lugar de enunciación, la propuesta artística de Ana Mendieta constituye un
grito, un alarido de dolor reclamando una justicia epistémica que exige
descolonizar los campos del saber y realiza esto a través de su “earth-body
art”, sus obras autobiográficas. El simbolismo o alegoría de sus esculturas,
performances, películas, fotografías se refieren al origen, las raíces de su
condición de migrante, mujer, mestiza. Es a través de estas manifestaciones que
puede proyectar una forma de arte/denuncia feminista sobre la violencia, la
vida, la muerte, la pertenencia a un lugar que ha sufrido históricamente
discriminación y silenciamiento.
Aun
cuando la artista cubana muere trágicamente en 1985, Rita Segato (2016) en “La
norma y el sexo frente estatal, patriarcado, desposesión, colonialidad” recoge
testimonios de mujeres indígenas y negras en Brasil en 2010 que revelan otras
formas contemporáneas de violencia y sojuzgamiento sufridas por ellas exponiendo
también diferentes tipos de agresión. Segato (2016) señala variadas situaciones
territoriales de la cuestión feminista indígena brasilera: aldeas en regiones
fronterizas con presencia de destacamentos militares que custodian la soberanía
nacional, afectadas por el tráfico de drogas, próximas a locales donde se
procesa droga; aldeas localizadas en santuarios naturales remotos, vecinas a
zonas de protección ambiental o que se superponen a las mismas, en regiones de
expansión del agronegocio o en territorios con atractivos turísticos y
emprendimientos hoteleros, en zonas de yacimientos de piedras preciosas, de
minerales con interés estratégico, en regiones en que se construyen usinas
hidroeléctricas, aldeas próximas a rutas nacionales y estaduales, aldeas
localizadas en las periferias urbanas o incluidas por las ciudades en su
expansión, comunidades desestructuradas e indios urbanos. Como resultado, el
tejido de relaciones de socialidades (Maffesoli, 1990) se encuentra violentado
por la expansión vertiginosa de un frente colonial/estatal, mediático,
antropocéntrico, capitalista. Se trata de un mercado global que compite, agrede
y erosiona los intercambios y acontecimientos regionales y locales. Los
gobiernos centralistas de todas las orientaciones ideológicas aspiran a
inscribir las economías nacionales en ese mercado global. En este sentido
Segato (2016) expone una doble forma de colonización: a) económica por parte
del mercado global y b) a través del discurso de los derechos y de la esfera
pública. Esta tensión se resuelve, definitivamente, a favor de la
profundización del patrón de una colonialidad que convoca a senti/pensar el
género como lo plantean Sylvia Marcos y Mariana Mora (2013) considerando la
relación entre colonialismo y violencia patriarcal y la forma como se
manifiestan en cada contexto.
De manera que luego de esta breve
introducción, a continuación, se desarrolla la propuesta presentando un
sentipensar (Fals Borda, 2015) del género desde la realidad del noreste
uruguayo. Luego se aborda la cuestión feminista en Uruguay y se reflexiona a
partir de la crítica a la noción femenina en la visión de Sahba Mahmoud quien
plantea la relación del agente de resistencia y sujeto libertario frente al
feminismo liberal propio de Occidente. Luego, se hace referencia al arte
femenino en Uruguay como una cuestión ambivalente entre la espiritualidad y el
posicionamiento político. Se concluye reflexionando acerca del feminismo, arte
e identificación planteando una construcción de una posible ciudadanía desde el
Sur en los Ambientes Multirreferenciales de Aprendizaje (Casnati, Galeffi, 2014;
Casnati, Cuadro, 2017).
Sentipensar el género desde la realidad del noreste
uruguayo
Al
referirnos al sentipensar el género resulta pertinente entender que el
significado del término se refiere a la comprensión de los contextos,
relaciones y prácticas que implican crear conocimiento a partir del mundo de la
vida de los sujetos en sus condiciones concretas, buscando que quienes
investigan logren identificar la
realidad de las múltiples comunidades rurales y urbanas más vulnerables e
invisibilizadas a partir de la consolidación de una actitud ética, critica y
mística del sujeto. Este concepto se inspira en los postulados del sociólogo
colombiano Orlando Fals Borda (2015) en relación a los procesos de base, guiado
por un proceso epistémico orientado a la transformación social. En Uruguay,
como en otros países de Latinoamérica, la justicia de Estado ha sido construida
por hombres pertenecientes al patriciado rioplatense con una visión
eurocéntrica. Desde ese lugar, aún se escuchan en los medios jueces declarando
que los crímenes por violencia doméstica son los que antes eran crímenes
pasionales, con lo cual se justifica a priori la violencia de género como
resultado de ciertas características culturales del “hombre uruguayo”.
A
partir de esta situación se observa una coincidencia con Cumes (2012) quien
señala que es tan profundo este imaginario que las prácticas que reproducen
determinados discursos reivindicativos conviven con discursos que lo critican.
Así “lo colonial no se reduce a una dominación étnica, sino cubre otros campos
de diferenciación, como el género y la clase social a través de las cuáles se
inscriben las desigualdades “(Cumes, 2012, p. 2). Por tanto, resulta necesario
construir puentes de comunicación entre diversas tradiciones feministas que no
han estado lo suficientemente representadas en la literatura académica,
hegemonizada por la producción teórica de los Estados Unidos y de Europa. De
manera que desde el noreste uruguayo se percibe la necesidad de generar otros
lugares de enunciación habilitando voces que se expresan a partir de lo
cotidiano. En tal sentido, las mujeres con las que convivimos y trabajamos,
construyen sus propias teorizaciones y conceptualizaciones sobre las
desigualdades de género que les aquejan en donde las reflexiones sobre el
reconocimiento, el respeto y la redistribución son fundamentales. Creemos que
en parte estos diálogos, confluyen en las teorías poscoloniales, encontrando
nuevas herramientas de análisis más acordes con las realidades de diversidad
cultural en las que desarrollamos nuestro trabajo educativo en los Ambientes
Multirreferenciaes de Aprendizaje (Casnati, Galeffi, 2014). Por tanto, las teorías poscoloniales colaboran a
sostener estrategias de acción para la construcción de políticas que reconozcan
una pluralidad de intereses y experiencias donde se construyen la vida de las
mujeres en nuestro país. De manera que resulta pertinente mostrar a
continuación, la forma que el colonialismo y la violencia patriarcal se
manifiesta en el contexto del norte uruguayo.
Relación entre colonialismo y violencia patriarcal
¿cómo se manifiesta este vínculo en el contexto abordado?
Considerando que las teorías
poscoloniales contribuyen a sostener las estrategias de militancia frente a la
violencia patriarcal y reflexionando desde Uruguay donde el patriciado ha
intentado infructuosamente extinguir lo indígena a lo largo de nuestra historia
se apela a una referente teórica, Silvia Federici, autora de “El Calibán y la
bruja”. Allí, la autora logra recuperar la historia sobre la caza de brujas e interpela para
repensar el pasado y lo que
supone el episodio para las mujeres y para el mundo
todo actualmente. Como lo señala Federici (2010), hoy también existe la caza de brujas, por ejemplo,
en África, en India, en Papúa, Nueva Guinea, en Méjico. En Arabia Saudita están
matando mujeres acusándolas de ser brujas porque en el mundo islámico también
se está difundiendo esta idea de que existen las brujas. Se trata de procesos
que se incrementan en la década de los 80 y 90 de la mano de la globalización,
la privatización de la tierra y el despojo. Más recientemente, en Estados
Unidos se manifiesta toda una cultura mediática que está relanzando la temática
de la brujería en formas muy perversas. Se filman numerosas películas donde se
representan mujeres como brujas, como seres demoníacos, seres destructivos con
poderes sobrenaturales incapaces de controlar.
Así mismo, en Uruguay las mujeres
libres, autosuficientes y dueñas de sí son catalogadas de “brujas” y por tanto
se hace necesario señalar este estigma, esa persecución que surge culturalmente
desde la visión machista de la mujer que se ha naturalizado a culturalmente. La
caza de brujas en los siglos XVI y XVII posteriormente es exportada a las
colonias a través de los misioneros, de los conquistadores. Luego en los países
independientes en América Latina: Colombia, Argentina, Uruguay, Chiles, Brasil,
la situación contribuye también para fustigar y demonizar la lucha por la
independencia y liberación de esclavos.
De acuerdo al
artículo de “La Diaria”, la Coordinadora de
Feminismos del Uruguay registró durante 2019, 35 feminicidios y este número ha
ido en aumento. Hasta el mes de marzo de 2020, fueron asesinadas cinco mujeres,
cuatro en el lapso de diez días
Según
Gabriela Miraballes (2020, s.p.)
La
violencia basada en género se traduce en varias formas: violencia psicológica,
violencia física, violencia sexual, violencia económica patrimonial; el
feminicidio es su peor cara. La ley Nº 19.850 (Uy) promulgada en nuestro país
en diciembre de 2017 define en su sexto artículo al femicidio como “la acción
de extrema violencia que atenta contra el derecho fundamental a la vida y causa
la muerte de una mujer por el hecho de serlo, o la de sus hijas, hijos u otras
personas a su cargo, con el propósito de causarle sufrimiento o daño.
Teniendo
en cuenta la gravedad de la situación en Uruguay resulta pertinente comprender
cuáles son las fuerzas sociales que intervienen, cuáles son las motivaciones y
cómo todo esto impacta en la condición de la mujer y su relación en la
socialidad uruguaya actual. Indudablemente los aportes teóricos poscoloniales
ayudan a comprender el incremento de la violencia contra la mujer, de la cual
somos testigos todos los días. Considerada
esta situación, a continuación, se desarrolla brevemente la cuestión feminista
en el contexto uruguayo.
Aproximación a la cuestión género, arte y feminismo
en Uruguay
Para abordar la
problemática feminista parto de este fragmento de Ranciere (1996, p. 45) que
resulta muy pertinente para abordar la relación del género, las estéticas y el
feminismo. Para el autor mencionado, la
política es:
aquella actividad que
rompe la configuración sensible donde se definen las partes y sus partes o su
ausencia, por un supuesto que por definición no tiene lugar en ella: la de una
parte de los que no tienen parte [...] Es la que desplaza a un cuerpo del lugar
que le estaba asignado o cambia el destino de un lugar; hace ver lo que no
tenía razón para ser visto, hace escuchar un discurso allí donde sólo el ruido
tenía lugar, hace escuchar como discurso lo que no era escuchado más que como
ruido.
Cuando
Bidaseca (2016) se refiere a lo que ocurre en Buenos Aires respecto a la marcha
“Ni una Menos” expresa que: “había muchos carteles escritos de puño y letra
cargados con la urgencia de querer decir lo propio, de denunciar una forma de
violencia específica o visibilizar a un colectivo de identificación en
particular”. Es posible admitir que en Tacuarembó actualmente, las mujeres
marchan vestidas con ropas oscuras, en silencio y en general no llevan
carteles. En esta localidad de Uruguay, el poder machista es muy potente y
difícil de percibir para quien ha vivido esta realidad toda su vida. Aún para
mujeres jóvenes que se han ido a estudiar a Montevideo y han vuelto a residir
luego de varios años de ausencia, no resultan evidentes las manifestaciones
constantes de poder de los hombres en el día a día. Es posible afirmar, entonces que aún falta
mucho lenguaje, pero también falta mucha sensibilidad para poder reconocer los
pequeños gestos o manifestaciones que golpe a golpe marcan las casi
imperceptibles violencias cotidianas soportadas por todas las mujeres en el
interior de Uruguay. Por esta razón el verso desgarrador de Anzaldúa (2017, p.
281) “Para ganar la palabra para describir la pérdida tomo el riesgo de perder
todo”, adquiere una dimensión especial en lugares de la campaña alejados de la
capital del país. Precisamente en los primeros días de setiembre de 2019, un
hombre mató a su exesposa, que había corrido “el riesgo de perderlo todo” en la
localidad de “La Macana”, departamento de Florida y declaró que la había matado
porque “era de él o de nadie”. Esta idea de que la mujer es propiedad del
hombre está culturalmente muy arraigada en Uruguay y hace pensar a muchos
hombres que las mujeres “ya no vienen o no son como antes” (declaración de un
hombre de campo en una entrevista personal).
Es
de destacar también que en las marchas por el “Día de la Mujer” se han visto
varones que sabido es, ejercen algún tipo de violencia contra parejas o
empleadas pero que indudablemente, les resulta difícil reconocerlo y
percibirlo. En consecuencia, en Uruguay el feminicidio es la última
manifestación de una violencia que se ha ejercido contra esa mujer en el
transcurso de toda su vida. Retomando a Anzaldúa (2017, p. 282):
Las pobres, las jóvenes,
las solas, las villeras, las gordas, las jóvenes, las de más de treinta y
cinco, las que trabajan, las que no, las lesbianas, las que abortan, las que
abortaron, las que… todas, bajo sospecha. Todas en falta. Tuteladas, acusadas por
algo. La vigilancia es violencia.
Y aquí es posible agregar: también las viejas, por
viejas, por “verdes”, por “brujas”, por “locas” también siguen, (seguimos)
siendo acusadas de algo: de no criar nietos o nietas, de querer llevar otra
vida que no sea la de la “obediencia debida”.
De
manera que acompañando a un sector importante del feminismo centro y
suramericano, a partir de los escasos ejemplos presentados precedentemente, la
categoría “género” contribuye a definir el sistema de opresión de las mujeres
profundamente arraigado a condiciones de avasallamiento y sumisión cultural,
social, económica y política. Esta categoría género constituye un importante
instrumento utilizado por mujeres feministas a los efectos de contribuir a
desarrollar un análisis crítico de las interrelaciones del capitalismo
productivo y el carácter represivo del patriarcado en el Estado (Sagot, 2019).
A partir de esta conceptualización de género y feminismo latinoamericano a
continuación se aborda la crítica a la noción femenina en la visión de Saba
Mahmoud.
Crítica a la noción femenina: agencia y sujeto
libertario en la visión de Saba Mahmoud
El
texto de Mahmoud sobre la crítica a la noción femenina y las representaciones
de las mujeres en Oriente por parte del feminismo liberal propio de Occidente
parte de la noción de agencia que aporta la autora al sostener que el agente no
es solo un sinónimo de resistencia a las relaciones de poder. También es
preciso considerar la capacidad de acción condicionada a las relaciones de subordinación
específicas de cada contexto. Quizás en este concepto se encuentre la clave
para explicar las razones por las que los poderosos se sienten tan amenazados
cuando surge un “agente” capaz de subvertir estas relaciones de poder aún
cuando estas lideranzas aparezcan débilmente. Al cambiar el foco de abordaje
del feminismo más “tradicional” o “radical” y observar las relaciones de poder
frente a la cuestión de la mujer desde el “revivalisno islámico” se pueden
identificar también “situaciones incómodas”. El fundamentalismo patriarcal
(venga de donde venga, ideológicamente hablando) es el responsable del
sometimiento de las mujeres (lo que provoca en Uruguay un asesinato de una
mujer por semana en 2019), conservadorismo social manifestado no solamente por
grupos religiosos (católicos, evangélicos, mormones), también por grupos
políticos (reaccionarios) denotando pobreza de espíritu y carencia de
humanidad.
El aporte de Mahmoud entonces es la
introducción de la noción de agencia humana en la teoría feminista situando la
comprensión de la autonomía moral y política del sujeto mujer en las relaciones
de poder que surgen necesariamente de la capacidad de acción generada y
promovida a partir de relaciones concretas históricamente configuradas y
naturalizadas culturalmente.
Esta modalidad de agencia no se
suscribe a las lógicas de la subversión o a la resignificación de las normas
hegemónicas. La investigación demuestra que la realidad es más compleja en cada
contexto de lo que los movimientos feministas de occidente asumen y los
diferentes factores culturales influyen especialmente. Mahmoud, manifiesta que
la figura “opresor-oprimido” continúa cargada de significados binarios de
resistencia y subordinación. Por tanto, parece acertado reflexionar desde una óptica
que aborda las realidades complejas culturalmente conformadas donde predominan
deseos, motivaciones, objetivos que se escapan a un planteo que no logra
contemplar las opacidades de las realidades cotidianas. Esta es la razón por la
que aún las situaciones de subordinación y opresión femeninas por lo menos en
el Uruguay continúan generando violencia. El problema se está abordando desde
una lógica binaria que deja escapar complejidades que continúan invisibilizadas
porque también las investigaciones de las feministas responden a lógicas de
poder académicas. Desde ahí, sus discursos responden a posibilidades que las
academias les brindan. Por ejemplo, una investigación como la de Mahmoud en
Uruguay sobre las mujeres y la religión no tendría posibilidad de desarrollarse
porque el Estado es laico y en el imaginario colectivo académico investigar
sobre religión atenta contra la laicidad.
Es necesario, por tanto, rescatar la dimensión de acción humana que
resulta muy relevante para trabajar en educación y formación, cuyo estatuto
ético y político no siempre se encuadra únicamente en las lógicas de poder y
resistencia, sino en modos de acción que responden a otras racionalidades e
historias de vida. Así, es necesario reconocer la complejidad del campo de
la cultura y la necesaria investigación y profundización en el estudio de la
confluencia entre feminismo y cultura. Para esto, a continuación, se presentan
algunas reflexiones pertinentes sobre arte y feminismo en Uruguay.
Arte y feminismo en Uruguay
Retomando
la cuestión estética en articulación con el género y el feminismo caben las
siguientes interrogantes: ¿Cómo es posible articular la obra de mujeres
artistas y artistas como Ana Mendieta y Shirin Neshat en las escenas públicas
con los conflictos geopolíticos que impregnan sus obras? En primer lugar,
rescato el concepto de Bidaseca cuando sostiene que la caligrafía de Neshat
adquiere poder semántico y simbólico al trascender los discursos coloniales e
islamofóbicos obligando a otras miradas y otras racionalidades no occidentales.
Por otro lado, la artista cubana Ana Mendieta llega a deformarse como forma de
expresar también de manera simbólica el sistema ideológico generador de
dominación inclusive del cuerpo femenino como receptáculo de sensualidad y
erotismo. ¿Qué novedades introduce la confluencia entre estéticas
decoloniales feministas para la producción de saberes en el campo de las
Epistemologías del Sur? Las novedades no se circunscriben a las estéticas
decoloniales feministas. A semejanza de las estéticas desarrolladas por Mahmoud
y Nishat que se configuran reafirmando su identidad árabe, pero a su vez
reivindicando su mundo femenino, las artistas uruguayas, en general, en la
búsqueda por una estética poscolonial muestran una situación ambivalente que se
genera entre la espiritualidad y el posicionamiento político.
Analizando
las obras de artistas mujeres uruguayas a partir de los textos de Mahmoud, esta
posición se hace más evidente. A diferencia de la colonización, la colonialidad
del género sigue estando presente y dominando la escena uruguaya; es lo que
yace en la intersección de género/ clase/raza como constructos centrales del
sistema de poder del mundo capitalista. Interesa el resorte relacional
subjetivo/intersubjetivo de liberación, así como la adaptación y la creatividad
oposicional. Para Lugones (2003) la resistencia es la tensión entre la
subjetificación (la formación/información del sujeto) y la subjetividad activa.
Es el sentido mínimo de agencia requerido para que la relación oprimir→←resistir
sea de tipo activo, sin apelación al máximo sentido de agencia del sujeto
moderno (Lugones 2003). A la subjetividad resistente se le niegan legitimidad,
autoridad, voz, sentido y visibilidad. Esta idea de Lugones es sumamente
pertinente. Como mujer, docente, madre, científica que trabaja, estudia,
desarrolla tareas del hogar, en fin, todo lo que una mujer latinoamericana
hace, se percibe desde muy joven que todas estas actividades carecen de
importancia para el mundo masculino si lo desarrolla una mujer. Todo lo que el
hombre hace, produce, genera es más valioso que lo que hace una mujer en el día
a día. Es decir que permanentemente los
hombres en las socialidades uruguayas niegan a las mujeres de manera implícita
y a veces también explícitamente, legitimidad, autoridad, voz, sentido y
visibilidad. Esta situación se manifiesta en los mínimos detalles de la
cotidianeidad obligando a las mujeres a asumir que la realidad es así y no se
puede cambiar. De ahí, que es posible rescatar la afirmación de Lugones (2011, p.
109):
La infra-política marca
el giro hacia dentro, en una política de resistencia, hacia la liberación y
muestra el poder de las comunidades de los oprimidos al constituir significados
resistentes y al constituirse entre sí en contra de la constitución de
significados y de la organización social del poder.
De cualquier manera, las apreciaciones de
Lugones son importantes para considerar en el papel, en la letra fría pero
difíciles de mantener ante los avatares de la macropolítica que favorece
ampliamente al hombre que ostenta el poder y el mercado. Cabe aquí, formular la
siguiente pregunta: ¿Puede realmente alzar su voz una mujer luego de verse
obligada a trabajar en las más diversas formas que una sociedad capitalista
globalizada impone marcada por la violencia epistémica de una legislación,
cultura, política y educación que sostiene esta situación históricamente?
De alguna manera una artista uruguaya, Lacy Duarte
en un reportaje a la revista La Pupila (2013, p.9) responde:
Entonces, lógicamente soy
feminista, porque soy mujer y las mujeres tienen todas las desventajas, pero
creo que todos los seres humanos estamos atrapados por los grandes capitales.
Mi trabajo puede hablar de una defensa hacia la mujer, pero más que nada se
refiere a esa indefensión que sufre la gente en general y se refiere a los
pobres, los desamparados.
Lacy
Duarte expresa una posición política e ideológica, feminista subalterna que
incluye a los pobres y desamparados. Estas reflexiones conducen a abordar el
siguiente aspecto: feminismo, arte e identificación.
A modo de conclusión: feminismo/ arte/
identificación
Para
concluir, luego del desarrollo realizado, es posible afirmar que Uruguay no
escapa a la realidad de la Abya Yala. Las artistas mujeres sufren las
discriminaciones y violencias de una sociedad antropocéntrica esencialmente
machista. Aun cuando se realizan algunos avances hacia la equidad de género, el
eje de la desigualdad radica en los órganos de decisión donde se manifiestan
las alianzas entre el poder y el conocimiento, ya sea en cargos políticos,
oportunidades de trabajo, en el arte y la cultura. Ámbitos donde se multiplica
la presión frente a la igualdad de oportunidades y se evidencia una
discriminación sexista. En el arte como en todos los ámbitos de la vida de las
mujeres uruguayas actualmente la igualdad de oportunidades dista bastante de
ser equitativa para hombres y mujeres. Alejandra Castillo (2016) sostiene que,
a partir de las políticas para mujeres en la primera mitad del siglo XX, estas
logran hacerse visibles para las democracias latino-americanas en tanto
ciudadanas de derecho propio. Es bajo la figura de los derechos humanos de las
mujeres que se ha logrado introducir lo femenino en la trama jurídica y es
desde estos feminismos de mujeres que con éxito se ha logrado una política de
representación parlamentaria que “supone” una presencia de género. De algún
modo las políticas de la acción afirmativa para poner en práctica su eficiencia
deben presuponer una definición de mujer lo suficientemente transversal y
transparente como para ser útil en el ambiente jurídico. Esta definición no es
otra que la mujer-madre todo cuidado y protección. Definición que vuelve a las
mujeres idénticas así mismas proyectando en el espacio de la política una
definición a priori que las define una y otra vez aferradas a un cuerpo
reproductivo. Condición para las políticas de la afirmación de las mujeres que
oscurece, sin embargo, historias, cuerpos, sexualidades, políticas y, por
paradójico que sea, también identidades. Las mujeres son idénticas. Su historia
es la de la emancipación de los derechos.
Por
tanto, el ejercicio de una ciudadanía del Sur
exige reconocer y registrar identidades “subalternas” para poder examinar el
enfrentamiento existente con la identidad dominante matricial antropocéntrica
occidental europeizante. Esta identidad dominante es ambivalente (Sousa Santos,
2001) porque la negación total del “otro” sólo es posible mediante la
reproducción continua y sostenida del reconocimiento de la inexistencia de ese
otro. Esa situación implica una ausencia abisal, una carencia permanente donde
las manifestaciones artísticas de las mujeres pueden contribuir a evidenciar y
denunciar la situación. Sin embargo, esta ambivalencia se manifiesta aún en
nuestros días en los contextos cotidianos donde es necesario convivir como se
ha señalado reiteradamente en el desarrollo de este trabajo.
En
las socialidades del Noreste uruguayo se constituyen verdaderos juegos de
identidad “juegos de espejo” que se retroalimentan y adquieren una denominación
propia: “el malinchismo”. Ese juego de espejos precisa ser identificado y
reconocido como alienante porque la identidad dominante no genera la negación
total del otro de manera que no logra confrontarse políticamente con las
identidades subalternas. De manera que, desde el punto de vista no hegemónico,
la construcción de ciudadanía implica una ruptura con las condiciones
establecidas por esa dualidad especular.
Para construir un ideal participativo e
inclusivo es posible generar procesos para la liberación de las comunidades
frente al colonialismo y al “malinchismo”. En ese sentido en un país como
Uruguay es posible que los Ambientes Multirreferenciales de Aprendizaje
(Casnati, Galeffi, 2014) contribuyan a este proceso a los efectos de construir
experiencias de ciudadanía contextualizada para la participación social de las mujeres.
Por
otra parte, la participación ciudadana constituye un elemento intrínseco de la
filosofía del gobierno en los países democráticos, entendida fundamentalmente
como un conjunto de políticas públicas y reformas administrativas, que se ha
convertido en objetivo global impulsado por las organizaciones internacionales
en todo el mundo (incluso en países que no son democráticos). De manera que
aquí ya entramos en el discurso dominante y para considerar el concepto de
ciudadanía relacionado a la idea de igualdad surge el cuestionamiento sobre la
real representación política que pueden tener “los otros” implicados como
ciudadanos. Que las niñas, las adolescentes y las mujeres no son
la prioridad de un gobierno es ya reconocido. Ninguna cifra, ninguna investigación
o declaración de organismos internacionales parece ser suficiente para que los
estados demuestren voluntad política real a través de recursos jurídicos y
materiales para frenar la violencia contra las mujeres dotándolas de reales
formas de participación. Es por eso que los
Ambientes Multirreferenciales de Aprendizaje (Casnati, Cuadto, 2017) pretenden
contribuir a fomentar los procesos participativos para la construcción de ciudadanía
desde la resistencia frente a situaciones injustas y colonizantes. Estos
Ambientes proponen contribuir a una justicia epistémica que se sostiene
en una política del conocimiento, descolonizando los campos del saber y
deconstruyendo las representaciones del feminismo hegemónico cultura e
históricamente instituido.
En el presente trabajo se ha
presentado el sentipensar el género desde una aproximación a la cuestión
feminista a partir de la mirada cotidiana en el noreste del país. Luego se han
analizados los conceptos de agencia y sujeto libertario de Mahmoud reconociendo
la complejidad del campo de la cultura donde se involucran el arte, el
feminismo y la identificación como aspectos que pueden contribuir a la
construcción de una ciudadanía del Sur. Se ha mostrado brevemente la cuestión
femenina y el arte en Uruguay para concluir proponiendo una posible alternativa
desde el Sur para la construcción de una ciudadanía anclada en las experiencias
de resistencia en el noreste uruguayo. Se apela entonces a la lógica de la
elaboración artesanal (Santos, 2018) donde los procesos, las herramientas y los
actores imponen algunas condiciones, pero dejan espacio para un margen
significativo de libertad y creatividad. Este trabajo político de articulación,
cuando se realiza desde el abordaje de las Epistemologías del Sur, tiene mucha
afinidad con el trabajo artesanal y el arte es parte inherente de esta
construcción.
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